¿Quién nos enseño a culpar a otros? ¿Verdad que desde que eras un niño empezaste a desarrollar esta habilidad? Ante preguntas como esta: ¿Quién rompió el jarrón traído de China? ¡En tu interior sabías que tú lo habías roto! Pero si decías la verdad probablemente te enfrentabas a la chancla de tu mamá, a unos cintarazos, a una regañada brutal, así que rápidamente analizabas el miembro más indefenso que veías en ese lugar para culparlo, quizá tu hermano que no hablaba, tu sobrina que de todo lloraba, el perro, en fin, cualquier ser más vulnerable era digno para llevar la culpa, claro que no razonabas todo esto, porque todo pasaba en cuestión de minutos. La reacción básica del ser humano cuando algo no le funcionó, es culpar al más cercano. Comienzas a practicar el culpar a los demás al grado que lo haces parte de tu vida, te das cuenta que de esta forma siempre es una salida rápida, ¿Por qué reprobaste? Porque mi amigo no me dejo copiar, ¿Cómo pudiste dejar las llaves del carro adentro? Porque estaba lloviendo, ¿Por qué no haces ejercicio? Es que el jefe siempre me deja salir tarde, ¿Por qué chocaste? Porque en el otro carro venía manejando una mujer (oseaaaa), ¿Por qué te corrieron? Porque mi compañero no me ayudaba. Culpamos al clima, al aire, a la vida, a DIOS ni se diga, todo lo malo es su culpa. Siempre será más sencillo abandonar la responsabilidad de las consecuencias que dejaron nuestras acciones a un tercero, que aceptarlas. Nadie se quiere equivocar, y lo cierto es que todos en algún punto lo hacemos, pero ¿Tendrá algún beneficio huir siempre de lo que haces mal?, ¿Será que en verdad vale la pena todo el tiempo zafarse? Lo que voy a escribir es fuerte pero real, he llegado a la conclusión que en algún punto mientras culpas a otros, espiritualmente morirás, porque cuando no aceptas un error no puede haber un arrepentimiento, y si no hay arrepentimiento no hay perdón, y si no hay perdón, no hay vida eterna, y si no hay vida eterna, entonces hay muerte.
¿Recuerdas esta historia de cuando un hombre culpó a una mujer y la mujer culpó a una serpiente, por no haber obedecido una clara indicación? Sus nombres eran Adán y Eva y su historia la encuentras en Génesis 3. El culpar a otros te priva de crecer, porque no terminas de aprender la lección. No es fácil aceptar que te equivocaste, probablemente cuando lo hagas tengas que empezar de cero o pierdas muchas cosas, y esto te va a doler, porque equivocarse duele, y duele aceptar que fallaste, pero junto con el dolor viene el arrepentimiento, y entonces la invitación a que Dios se mueva a tu favor. La culpa es muy astuta, intenta mantenerte bajo su poder para que no avances, mientras más tratas de ocultarla se hace mas grande, pero si la expones te darás cuenta que no era tan fuerte.
Entonces bien, si te equivocaste y honestamente echaste todo a perder (las cosas como son, aguanta), toma tus segundos de valor y enfrenta la situación, no construyas algo sobre un fundamento débil, (estoy muy ruda en esta nota) ahora si ya te arrepentiste, no dejes que la culpa te siga tomando la medida, toma decisiones urgentes, por ejemplo: perdónate a ti mismo, si Dios ya te perdonó y ni siquiera recuerda tu pecado ¿por que tú sigues ahí?
Siguiente supuesto, si tú has sido culpado de algo que no cometiste, y te han criticado y juzgado, es hora de que inicies el proceso de perdón hacia esas personas, no les harás ningún favor a ellos, te lo harás a ti.
Y por último, no te culpes por algo que no te corresponde, hay gente que vive con carga en su conciencia porque se culparon de la muerte de algún familiar, hijos que se culpan del divorcio de sus padres, esposas que se culpan de la infidelidad de sus esposos, se apropian de cargas, y nadie necesita eso, al contrario suelta lo que no te beneficia. Quizá las sugerencias de: perdónate a ti mismo, perdona a los demás, y no cargues culpas que no te corresponden, son solo eso: sugerencias, sé que no te resuelven la vida, pero quizá sean el primer paso para salir adelante. Dice la Biblia en Juan 10:10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir.. La culpa es parte importante para derrotarte, una artimaña usada desde hace muchos siglos que ha cobrado muchas vidas, solo no olvides como termina este verso: yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Jesús te regala la vida en abundancia, ¿la estas disfrutando? te quiero compartir el reto en el que estoy. Me invitaron a unirme a vivir los últimos 2 meses del año disfrutando de una vida en abundancia. Si tu año estuvo medio gris, no tiene porque terminar mal, si tu año fue bueno, entonces termínalo aún mejor, ¿en qué consiste el reto?, únete con un amigo y cada día anímense, compartan versos de la Biblia, oren unos por otros, y sobre todo busca la libertad que viene del Espíritu Santo, no hay fórmulas, no es mágico, es una decisión y es una actitud de fe. Si te unes a este reto, no te unas solo, invita a un amigo.