¿Te pasa que de pronto tienes pensamientos que dices “de dónde salió esto”? Me estaba peinando y de pronto le pregunté a Dios ¿Por qué no me dices que vas a hacer con mi vida?, no pasaron ni 5 segundos cuando sola me respondí “ ¿Y que chiste tendría la vida? Para Dios no es complicado decirme sus planes, pero es necesario que en el proceso, mi carácter, mis sueños, mis anhelos sean formados de acuerdo a su voluntad.
No siempre Dios responde al primer clamor, Él siempre te escucha, pero en ocasiones para que las respuestas lleguen son necesarios periodos de tiempo “en silencio”. ¡Preferimos todo, menos el silencio! Por que de alguna manera, pareciera que hablamos con el aire y que no tiene sentido seguir creyendo.
Si atraviesas un momento de silencio de parte de Dios, debes recordar que esto no será para siempre, y que una buena razón existe para que estés viviendo esto.
Alguna vez has estado en un lugar sin aparatos electrónicos, sin Wi-fi, sin edificios, sin carros, solo tú y el medio ambiente. El sonido del rose entre hoja y hoja de los árboles, la esencia de la noche, el brillo de las estrellas y el movimiento de las nubes. Algunas veces puede ser escalofriante, sentirse solo sin un medio de comunicación, sin contacto alguno.
¿Sabes? A veces algo similar pasa en nuestra relación con Dios, pensamos que Él también nos ha ignorado, nos sentimos solos, llegamos a pensar que Dios está cansado de vernos cometer error tras error. Y preguntamos: ¿Por qué guardas silencio Dios? ¿Por qué no te escucho?
Salmos 141:1 “A ti clamo, Señor; ven pronto a mí. ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!”.
Desesperadamente buscamos el favor de Dios sin entender que esta pasando, que esta haciendo. La duda nos abraza, ¿Qué tal que ya me habló y no lo escuché?
La respuesta no es tan complicada como parece: Dios está trabajando. Él está trabajando en ti, en tu clamor, terminando de pegar el ladrillo, de emplastar cemento.
Salmos 40:1 “Pacientemente espere a Jehová, y se inclinó a mí y oyó mi clamor”.
Nuestra confianza debe permanecer en Él, en los tiempos difíciles cuando el silencio es nuestra respuesta temporal debemos esperar, permanecer en sus promesas de amor y bondad. Él sabe lo que hace, al final para los que aman a Dios todas las cosas obran para su bien. Esperar en el Señor es nuestra prueba de fe.
1 Pedro 1:7 “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
Sé paciente, alábale mientras Él trabaja, espera a que actue, quédate quieto en su presencia. Pon atención, porque en cualquier momento escucharas su voz como un susurro en un silencio desesperante.(1)
No dejes que la incertidumbre entre en tu vida. Las cosas se salen de nuestro control, es normal, a todos nos pasa, por eso termino esta nota dandote este consejo: “¡pongale lo sabroso!” . No te angusties, mejor disfruta el viaje, que sólo es uno y no dura para siempre.
(1.Aportación Abigail Sanchez, San Luis, SONORA)