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Y mientras él creía que nadie lo veía, besó a otra mujer que no era su esposa, no pasa nada –se dijo en su interior, al día siguiente compartieron más que un beso, coquetearon, intercambiaron miradas, se tomaron de la mano –no pasa nada- se dijo en su interior, una cosa llevó a la otra cuando despertó en la cama a un lado de quien el decía “no pasa nada”. La esposa destrozada se armó de valor y lo enfrentó, mientras el negaba todo ella solo pensaba –claro que aquí pasa algo, mi esposo me engaña, en realidad ella lo sabía desde que el hombre dejo de verla como antes lo hacía. Sin que el hombre aceptara su falla la mujer solo dijo: Renuncia a ella o renuncia a mí, el hombre supo que su mujer hablaba en serio, así que decidió renunciar a ella.
Al tiempo la mujer con la que la había engañado renunció a el. Sin su amante ni su esposa, el hombre quedó solo, porque renunció a la persona incorrecta, porque se aferró a lo que trajo destrucción, porque decidió irse de donde tenía que permanecer.
¡Renunciamos a lo que debemos aferrarnos, y nos aferramos a lo que debemos renunciar! No juzgues tan intenso a este hombre cuando también te has aferrado a lo que sabes que no te trae ningún bien.
Renunciamos al ejercicio, a la dieta, a la vida saludable, a las personas que más nos cuidan, a nuestros sueños, objetivos, metas, porque nos cansamos, porque es demasiado, porque esta muy imposible, porque eso es solo para algunos.
¿Verdad que hemos renunciado a cosas que valen la pena? No sé si alguien renunció a ti, no se si tu papá jamás se hizo cargo de ti, o alguien renuncio en tu familia prefiriendo el alcohol, las drogas, no sé si tú renunciaste a lo que más amabas y ahora te arrepientes, porque te has quedado solo, porque lo cierto es que el pecado te lleva a eso: a quedarte solo, aún cuando parezca que otros celebran mientras cometes algo que no es correcto, al final del día te quedas solo con pensamientos de –no pasa nada, pero bien sabes que pasa todo.
¿Sabes quién disfruta que renuncies? Satanás, lo festeja y te motiva a que sigas haciéndolo poniendo en tu mente pensamientos que intentan justificar que lo que haces es por las razones correctas, pero es hora de que abras los ojos y renuncies a la esclavitud que trae el pecado. Quiero compartirte a lo que debes renunciar según lo que dice la palabra de Dios en el libro de Tito 2: 11- 14
Porque la gracia de Dios que trae salvación a todos los hombres, se manifestó. Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, y justa, y piadosamente, esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo. Que se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Debemos renunciar al pecado, si nuestra esperanza está en que Jesucristo volverá, que siendo el hijo de Dios vino a salvarnos, muriendo en una cruz y resucitando con poder, para darnos vida eterna. ¿No lo sabías? El murió por ti para que tú vivas una eternidad sin llanto ni dolor.
Se vale renunciar, renunciar a lo que te hace ceniza, al pecado. Jesús no murió para que viviéramos a medias pensando “no pasa nada”, nos limpia para que seamos celosos de buenas obras, amantes de lo bueno, nadie es perfecto, pero estoy segura que puedes empezar por hacer que valga la gracia que manifestó, renunciando a lo que tu sabes que debes renunciar.
Bonita analogía de un suceso real y simple,a veces lo profundo está en lo simple. Soy una persona que toda la vida renunció a casi todos sus sueños. Pues di prioridad a la de los demás. Le doy gracias a Dios por todo y cumpla su buena voluntad conmigo.
Dios cumplirá su propósito en ti🙏🏼