La mercadotecnia nos cuenta que si compramos una casa en cierto fraccionamiento nuestra vida familiar será perfecta. En la fotografía se ve un papá y una mamá muy atractivos, con sus hijos felices y un perro hermoso. De fondo un pasto en perfectas condiciones, a lado un carro que brilla de limpio y una casa que se ve enorme.
La expectativa es tener la familia perfecta, en la casa, el carro, el pasto y hasta el perro perfecto. Pero al llegar al fraccionamiento, lo primero que te das cuenta es que la casa no se ve tan grande, el pasto lo tienes que poner tu, no hay espacio para tener un perro, y el precio está para caerse para atrás. ¿Cuántas veces hemos esperado algo y recibimos lo contrario?
Mis pensamientos se alocaban y pensaba o todo muy positivo o todo muy negativo, pensaba lo mejor que podía pasar y a los 2 minutos lo peor, utilizaba esta forma de pensar para ilusionarme y luego poner los pies en la tierra. Llegué a la conclusión de que no estaba llevando mis pensamientos a la voluntad de Dios. Cuando me di cuenta que no me traía ningún beneficio (dejar que mis pensamientos tomaran el control de mis emociones), entonces comencé a parar mis pensamientos. ¡Sigo trabajando en eso! Te mentiría si te digo que ya soy una experta domadora de pensamientos, pero si te puedo asegurar que cada vez me desgasto menos, por que estoy aprendiendo a confiar más, no importando lo que veo o lo que siento.
Cuando mi familia estaba intentando comprar una casa, nuestras expectativas estaban por los cielos, veíamos fotos en internet y nos emocionábamos, pero siempre pasaba algo que nos impedía comprar. Entonces apareció el sentimiento del cual hoy te quiero hablar: LA FRUSTRACION.
La frustración es una típica respuesta emocional que manifestamos los seres humanos cuando se produce el fracaso de un deseo o esperanza, es decir, consiste en un sentimiento híper negativo y desagradable y que está en estrecha vinculación con las expectativas insatisfechas por no haber podido conseguir lo que se buscaba o quería. (1)
Cuando algo no pasa como queremos, la frustración nos toca y por lo general nosotros la abrazamos, nos envolvemos en ella y nos llenamos de desesperación, de coraje, de impotencia, de mucha desilusión y desánimo, provocando que la siguiente vez que tengamos que hacer algo ya no lo hagamos con las mismas ganas ni con la misma fe.
Una persona frustrada no se permite en muchas ocasiones volver a intentarlo, por que ha sido tanta su desilusión que lo último que quiere es volver a vivirlo.
Cuando estamos orando por algo y la respuesta es diferente, nos frustramos y dejamos de orar porque nos sentimos desanimados. Cuando no obtenemos la respuesta deseada, nuestro corazón se agobia y esto sucede por que no confiamos en Dios. Nos agobiamos por que no creemos que Dios puede obrar. Y con Dios confías, o no, no hay mitades.
Regresando a la compra de la casa, al fin había una que no era lo que queríamos pero ya habíamos imaginado la remodelación, pusimos nuestra fe en que Dios nos concediera ese deseo y ¿Qué crees? Cuando todo iba bien, de pronto se canceló el trámite y recibimos una llamada donde nos avisaban que una vez más habría que iniciar todo el proceso. Ya para este punto había mucha frustración en mi familia. Y en esta época cuando la respuesta a tu oración esta siendo diferente a la que quieres, sólo tienes 2 opciones:
- Renunciar
- Seguir creyendo
Si has estado orando y la respuesta no es la que tu pides, no es por que Dios no te escucha, no es por que te está castigando, no es por que le caes mal. Si es diferente es por que Él sabe lo que es mejor para ti, y sabrá cuando dártelo. A veces nuestras oraciones son amenazas a Dios “ si no me respondes dejaré de creer”. Usamos la oración como camino para obtener lo que nosotros creemos es lo mejor, pero en ningún momento consultamos a Dios acerca de nuestros planes, mucho menos preguntamos su voluntad. Llegamos con un corazón altivo exigiendo se cumplan nuestras expectativas.
Pero cuando confías plenamente en Dios, sucede algo muy hermoso, cuando al fin llega la respuesta, comprendes por que no te respondió antes o como tú querías.
Gracias a Dios, suplió una casa que superaba nuestras expectativas, no fue cuando queríamos, sino en su tiempo. En este proceso Dios trabajo fortaleciendo nuestra fe. No hay proceso que Dios no aproveche para formarnos.
Puedes elegir renunciar a orar, pero eso no quitará la frustración que hay en ti. En cambio puedes seguir creyendo y pedirle a Dios que quite el sentimiento negativo de la frustración.
Antes de seguir orando para que responda tu petición examina la condición de tu corazón, ¿Estás orando enojado? ¿Exigiendo? ¿Incrédulo?
Más que cambiar tus circunstancias Dios esta interesado en cambiar tu carácter. (Joyce Meyer)
Cada vez que tus pensamientos comiencen a alocarse y vean todo muy positivo o muy negativo, detente y ora que no se haga como tú quieres, que se haga como Dios quiere. Habla con Dios, dile lo que piensas, y ora al Espíritu Santo que te ayude a pedir, pues a veces no tenemos por que no pedimos, y otras no tenemos por que pedimos mal, pero si el Espíritu Santo intercede Él sabrá como hacerlo mejor que nosotros.
Así que, si hoy estas frustrado por que Dios no te ha respondido, o no ha sucedido lo que esperas, de algo estoy segura: Dios está trabajando en TU CONFIANZA.
Él hará mayores cosas de las que incluso has imaginado, pero ¿Cómo te dará todo lo que ha planeado para ti, si en lo poco estas dudando? Confía que todo llega cuando Dios quiere y como a Él le place.
Sigue haciendo tu parte, sigue creyendo, sigue orando, sigue permitiéndole transformar tu carácter.
Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará. Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía. Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe. No te inquietes por la gente mala que prospera, ni te preocupes por sus perversas maquinaciones. ¡Ya no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso únicamente causa daño. Pues los perversos serán destruidos, pero los que confían en el Señor poseerán la tierra. (Salmos 37:5-9 NTV)
(1. Definición ABC http://www.definicionabc.com/social/frustracion.php)
😊
😎
Muy bonitas como siempre tus notas.
Dios siga bendiciendote.
Saludos
Saludos Wendy 💕
lindas experiencias, ayudan a entender mejor el manejo de las emociones y el aprendizaje en el arte de la fe. saludos!