Tips para comunicarte con Ėl

Sin duda hablar con Dios es una de las cosas que más trabajo nos cuesta. La oración resulta para muchos aburrida, enfadosa y poco atractiva. Una oración puede cambiar el rumbo de tu vida o de la vida de los que te rodean, es tan importante y tan urgente que vivamos vidas de oración y de intimidad con Dios, que me gustaría compartirte algunos de los motivos por los cuales se nos complica y algunos tips que a mí me han ayudado para mantener una relación con mi creador. 
En primer lugar cuando comenzamos a orar (platicar con Dios) se nos complica porque parece que hablamos solos y eso se ve raro y nos sentimos locos, como si le habláramos al aire. 
En segundo lugar se nos dificulta porque creemos que necesitamos palabras exactas, difíciles, largas y oraciones complejas, por alguna razón creemos que Dios habla el idioma que viene en las Biblias versión 1960. Entonces suponemos que hablar con el ser más importante del mundo requiere el uso de un vocabulario rimbombante. 
En tercer lugar se nos complica darle tiempo. El ajetreo del día, desde despertar apurado por llegar a tiempo, cumplir con obligaciones y el cierre de actividades por la noche nos envuelve en la rutina, que cuando menos pensamos, ya no queda tiempo ni siquiera para decir gracias.
En cuarto lugar se nos dificulta escuchar. Más que conversaciones con Dios, lo que practicamos son monólogos que consisten en pedir, ordenar y mandarle a Dios que haga, mueva, quite, resuelve, de, proporcione, arregle, solucione, sane, étc. Y una vez desahogados, ahora sí estamos listos para irnos, y ¿A qué hora Dios habla? En qué momento le preguntamos: «¿Qué opina sobre?» «¿Cuál es tu voluntad?» «¿Qué quieres de mí?». 
En quinto lugar se nos dificulta relacionarnos de manera íntima con Dios debido a nuestra falta de espiritualidad, no hemos terminado de comprender que somos tripartitos (cuerpo, alma y espíritu) y no atendemos las necesidades de nuestro espíritu. Los vacíos con los que batallamos no deberían existir, se intentan llenar con cosas pasajeras y se hacen cada vez más grandes. Espiritualmente existen los ángeles y los demonios, lo bueno y lo malo, y así como hay ángeles que te protegen y ayudan, hay demonios que te distraen y te impulsan a vivir una vida desenfrenada. Mientras tú decides si pasar un tiempo orando o no, se está librando una guerra en los aires. Satanás no desea que tú descubras el poder de la oración, por eso te hará sentir como un loco que habla solo, te hará sentir indigno e incapacitado para comunicarte con Dios, intentará mantenerte ocupado, alimentará en la medida que permitas tus pensamientos para que te desesperes y no escuches a Dios, y te hará creer que la oración es un cuento chino apto para fanáticos. 
Lo cierto es que:
1. Dios está en todo lugar, es un Dios invisible que hace cosas visibles, basta con que veas la naturaleza, o vayas a un espejo para que no quepa duda de que Dios es real, en la medida que practiques hablar con Ėl, te sentirás más cómodo. 

2. El hecho de usar el lenguaje común no implica falta de respeto, Dios es Santo, pero bien puedes tener una plática con Él honrándolo con tus palabras q usualmente usas. Cuéntale tu día, tal como fue, lo que te molesto, lo que te hizo reír, lo que te dio vergüenza, crea lazos, invierte en la relación. Adóralo con palabras que tú entiendas. 

3. La disciplina te hará permanecer. De rigor no olvides dar gracias cada que despiertas, cada que comes y cada q regresas a tu cama a descansar. Y procura hablar con Él a lo largo del día, mientras manejas, mientras haces ejercicio, eso es muy bueno. Pero te reto a que subas la intensidad y apartes un tiempo (5,10,30 minutos, 1 hora) en la que prepares un ambiente (puede ser tu habitación) y dediques esto solo para ti y para tu Rey.

4. No hay oración perfecta, si te sirve haz una lista para q te bases y puedas distribuir tu tiempo mientras oras. Por ejemplo: a) dar gracias, b)adorarlo y decirle todo lo que sientes por Él, c) contarle tus problemas, d) pedirle que te ayude, e) considerar su voluntad y guardar un momento silencio, pedirle que te enseñe a escucharlo, f) arrepentirte por tus malas actitudes y pensamientos, g) orar por otros h) terminar agradeciendo.

5. Lo más efectivo en tu vida es la oración. ¿Quieres paz? Ora ¿Quieres amar? Ora ¿Quieres ver milagros en tu matrimonio? Ora ¿Quieres sanidad? Ora ¿Quieres restauración? Ora ¿Quieres bendiciones? Ora. Lo he dicho antes y lo diré ahora, con Dios no hay atajos, ni fórmula mágica o hechizo que te solucionen la vida. Dios nos dio por medio de Jesús accesibilidad para tener comunicación con Él, a ti y a mí igual nos oye, estás tan cerca como te lo propones. Dios nos pide fe, constancia, disciplina y calidad en lo que hacemos. 

Concluyó con esto: Dios le prometió a su pueblo (a los israelitas) una tierra donde fluía leche y miel, los llevo ahí, hizo milagros para que los dejaran salir de Egipto, los cuido en el desierto, los protegió, pero una vez que llegaron, a ellos les tocó conquistar esas tierras porque estaban habitadas por otros pueblos. Dios está contigo, te cuida, te protege, pero hay respuestas en tu vida que tienes que CONQUISTARLAS. Si oráramos dejaríamos de preocuparnos. 
Es tiempo de que conquistes las promesas que Dios te dio. ORA.