El odio está catalogado como uno de los sentimientos más negativos y destructivos que puede tener el ser humano. Odiar a alguien, a algo o a alguna situación particular siempre tiene que ver con la presencia de sensaciones de desprecio, temor, resentimiento o envidia hacia el objeto de odio. (1)
Decir la frase “te odio” es bastante común. En muchas ocasiones se dice “en broma”, o por costumbre, algo nos gusta decimos: lo amamos, algo nos disgusta decimos: lo odiamos.
Pero es en verdad preocupante cuando esta frase se dice desde el corazón, he visto como se transforma la voz y hasta la mirada de las personas cuando la dicen desde su interior, el ser humano no fue formado par odiar, podemos experimentar todos los sentimientos, pero es nuestra decisión si queremos plantarlos y hacerlos crecer en nuestra vida. Cualquier sentimiento negativo alimentado se vuelve carga, y no fuimos creados para eso, por que nuestro cuerpo físico lo reciente y de diferentes maneras nos alerta. Las personas que odian sufren de dolores de cabeza intensos, de males estomacales, de problemas a la hora de dormir, comer, caminar. Lo aseguro, nuestro cuerpo no fue creado para eso. Nuestro corazón tampoco.
No conozco de alguien que odie y viva en plenitud, incluso en la historia podemos ver como el odio deja consecuencias y destruye vidas. La primer vida que el odio se empeña en destruir no es la de tu enemigo sino la tuya. Roba la paz, roba la alegría, llega la pandilla de los sentimientos malos: el coraje, la envidia, el desear cosas negativas, y antes de querer afectar al otro, nos afectamos a nosotros mismos.
¿De quién proviene el odio? Basta con analizar el fruto. El odio trae muerte y ¿quién vino a robar, matar y destruir? Satanás. Por lo tanto el odio es contrario al amor, pues el amor trae vida, y ¿quién es la vida? Jesús. Odio es vencido por amor. Pero para conocer el amor necesitamos conocer a Dios: Él es AMOR.
Quizá no sientes odio, pero estás experimentando que otros te odien. El rey David también lo vivió:
Mira cuántos enemigos tengo, ¡y de qué manera despiadada me odian! (Salmos 25:19 NTV)
Me rodean con palabras de odio y sin razón pelean contra mí.(Salmos 109:3 NTV)
¿Y que hacía David con esto? ¿Qué debemos hacer nosotros? David acudía a Dios, se desahogaba con Él, le hablaba con completa honestidad, se los entregaba a su justicia. Y Dios le respondía, el odio de sus enemigos provocó que David se aferrara más a su Creador.
Nosotros podemos elegir lo mismo, podemos elegir dejarle ese asunto a Dios y no enfocar nuestras fuerzas y pensamientos a esas personas, sino descansar que Dios obrará en su perfecta voluntad.
¿Quiénes son propensos a odiar?
Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. (Romanos 8:5 NTV)
Y tú ¿por quién estás controlado?
Lo que puede iniciar como algo insignificante, se puede volver una avalancha que destruya todo lo que encuentre en su camino. No se puede juzgar el por qué personas se han permitido llegar al punto de odiar, por que no se suele odiar por que sí, es probable que si llegaron ahí, es por un dolor emocional, sentimental o físico bastante intenso y en su desesperación han abrazado la idea de ocultarse detrás del odio. Pero el odio no es la única opción a la que puedes acudir. Mira lo que dice Salmos 147:3 “Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas”.
El enemigo es astuto y quiere hacernos pensar que lo que vivimos solo puede ser atacado con el odio, incluso nos pone pensamientos de venganza, pero su propósito es hacernos sus eslavos y meternos en prisiones espirituales atados a cadenas de falta de perdón y ataduras del pasado. Puede ser que el odio o la venganza generen un momento de satisfacción, pero te dejarán una vida vacía e insatisfecha. Y lo cierto es que si abrimos nuestros ojos podemos darnos cuenta a nuestro alrededor como viven los que odian y como viven los que decidieron ser sanos. Hay una diferencia significativa, en sus expresiones faciales, su salud, su sonrisa, su forma de vivir.
Esperamos llegar al cielo para dejar de sufrir, pero en ocasiones basta con perdonar para comenzar a disfrutar del cielo en la tierra.
No se que te ha tocado vivir, pero hoy mismo puedes acudir a Dios y tener una platica tan honesta como las tenía David, y antes de terminar dile que deseas ser libre de todo lo negativo y lo que te robe. Dale tu corazón a Dios. Quizá inconscientemente estabas eligiendo muerte al alimentar sentimientos negativos. Ahora CONSCIENTEMENTE ELIGE AL AMOR ¡Elige la vida!
2 respuestas a “Odio”