NOVELA YO CONTIGO

Cuando me enamoré de ti…

CAPITULO 1.

Introducción (Tiempo presente)

Ya han pasado más de 3 meses desde que él se fue y aún no me he animado a leer el libro que escribió para mi. Por más que he intentado no puedo, no paso de la dedicatoria, siempre que intento ser fuerte sus palabras me quebrantan y me hacen recordar, irónicamente esas pocas palabras lo dicen todo…

“para la mujer más hermosa, de la persona que más te ama”.

(Primavera del 2010)

            Hace seis meses que llegué a la ciudad y hoy más que nunca me siento sola. No culpo a este lugar, que de hecho es hermoso, todo me es nuevo y a la vez conocido, pero aún así me siento fuera de lugar. Desde que llegamos a este apartamento dos por dos, mamá se la ha pasado trabajando ¿Y papá?… Que puedo decir de él si nos abandonó cuando yo tenía apenas siete y lo único que me dejó fue una foto blanco y negro y un sin fin de inseguridades. Estos seis meses he pasado desapercibida. Cada mañana me es más difícil levantarme para ir a la escuela, pero para ser honesta lo hago más por mamá; escucharla llegar por las noches cansada del trabajo me parte el corazón; así que a pesar de mi malestar trato de hacer cada día poquito más amena. En la escuela nadie me pela, ni siquiera para burlarse de mí, es como si no existiera. Hay días que me dan ganas de gritar en medio de la clase solo para que noten mi existencia, pero si hay una regla de tres no escrita que no debe olvidar jamás toda adolescente es esta : 1) Nunca hacer el ridículo, no quieres darte a conocer como la rarita del salón, 2) No olvidar tu primer beso, aunque haya sido un fiasco, es tu única garantía de que ya no eres una puberta, 3) La más importante sobre todas: saber aprender a vivir y lidiar con tu período.

Y en serio que lo intentaba, intentaba lidiar con el, pero me rebasó, y ¿Cómo olvidar ese día? ¿Porqué me tuvo que pasar a mi, porqué? Apenas que me estaba haciendo la idea de que finalizaría el año con saldo en ceros, pero eso era demasiado bueno para ser verdad. Era mi segundo día, el más sangriento y donde parece que moriré, mis toallas femeninas que usualmente uso se terminaron un día antes y olvidé por completo comprar. Así que usé las de mi mamá, sin alas, cero absorbencia, no tenían ni una flor o mariposa dibujada, soy de las personas que ven cada detalle, y esas toallas aburridas no deberían de existir en el mercado. Me la puse, pidiéndole a la suerte que estuviera de mi lado. Mi día ya era malo, mucha sangre, las toallas sin dibujos, mi humor como cuando te sales del mar que te sientes pegajosa y salada y no soportas que nadie te toque, así pero con dos rayitas más de intolerancia, además que mi cabello estaba muy revelado, no lo pude peinar, mis chinos se veían medios lacios y el clima no ayudaba. Llegué al salón, nadie lo noto “que novedad”, mi fila no tenía más que tres sillas o sea que faltaba mi silla, sobraba una más bajita que todas justo en medio del salón, nadie nunca quería esa silla, fui hasta allá la comencé a arrastrar pero antes de llegar a mi fila, entró el maestro y me pidió que me quedara ahí. Para la tercer hora me tuve que levantar a entregar un trabajo, mi salón estaba distraído todos hablaban, unos estaban parados, otros viendo por la ventana, escuché esas risitas simplonas y burlescas de las chismosas, en eso se para detrás de mí, muy pegado a mí Duarte (así le decían los maestros) se me acercó al oído y me dijo…

…-te manchaste tu falda, ¿tienes un suéter?

Literal mi cuerpo tembló, solo moví mi cabeza diciendo que no, se quitó el de él y me lo puso en mi cintura. Me fui a sentar, me hice como que estaba revisando mi tarea, Duarte les habló a las que se estaban burlando y no tengo la menor idea de que les dijo, pero todas lo abuchearon y él volvió a decirles otra cosa, soltaron una carcajada y dijeron…

…-es un trato.

Salimos a receso, me fui a cambiar de toalla, cuando regresamos al salón decía en el pintarrón “Doña X de la mansha”, cuando Duarte entró al salón sudado por jugar futbol, y vio el recado, dijo…

…- “si leyeran el libro más vendido de la historia no habría ni faltas de ortografía ni burla…

 Y con una cara muy chistosa volteó y dijo…

…-¿Qué es eso de “manSha”? pobre Don Quijote, retorciéndose en la tumba…-y hacía como si estuviera sufriendo una crisis de epilepsia.-

Roxana una de las mejores amigas de Duarte le gritó…

…- Raulito tu cara de tonto me da risa pero ya sabes que con eso no jugamos, -mientras se quitaba un tenis y se lo aventaba directo a la panza.-

Duarte brincó esquivando el zapatazo y riéndose solo dijo…

-Perdón jefecita además ya no estoy enfermo ¿lo recuerdas?

No entendí eso último que pasó, solo supe que ese tal Raúl por segunda vez me salvó de algo que pudo ser mucho peor. Al final del día, se me acercó y se presentó…

 … -Hola “X´s”, mi nombre es Raúl Duarte, y ha sido un placer prestarle mi suéter, le cobraré renta si decide quedárselo.

-Mucho gusto, soy Ximena

-¡No ya en serio! ¿Cómo te llamas?

-¿“X´s?

Nos reímos los dos, fue bueno saber que no se me había olvidado como se sentía reír.

 …-¡Mañana te regreso tu suéter, gracias Duarte!

-Dime Raúl…

Continúa leyendo, siguiente capítulo:

https://jayorozco.com/2017/05/15/el-chico-del-sueter/

 

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