Continuando con la serie acerca de la Armadura, hoy comenzamos a estudiar el cinturón de la verdad y la coraza de justicia.
Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia.. (Efesios 6:14 NVI)
Por si no lo sabías o lo habías olvidado quiero recordarte que estamos todo el tiempo en guerra, no podemos separar el mundo espiritual del carnal, así como todo el tiempo tenemos necesidades físicas, de la misma manera tenemos necesidades en el espíritu, lo espiritual no sucede solo los domingos, pues no es un abrigo que puedes ponerte al entrar a una Iglesia y quitártelo al salir. Cada minuto nos topamos con situaciones que deberíamos enfrentar con la armadura puesta.
1.Cinturón de la verdad. -Ciñe- (Ceñir significa poner una cosa alrededor de otra de modo que la ajuste). El cinturón en la armadura del ejército romano se utilizaba para sostener la espada, no utilizarlo era igual a salir sin su arma, por lo tanto era indispensable, de tal manera que Pablo lo pone en primer lugar. La verdad es Jesús (Juan 14:6), la verdad es su palabra (Juan 17:17), lo que ciñe, ajusta, rodea y aprieta toda nuestra armadura es Jesús por medio de su palabra.
Si no tenemos un buen cinto nuestro pantalón caerá. Si no tenemos un buen fundamento nuestra armadura caerá. Las mentiras, las ilusiones, las emociones se desvanecen, pero la verdad permanece, es una sola pieza. ¿En qué estamos fundamentados? Solo la verdad puede sostener toda la armadura.
Por lo tanto necesitamos examinar en quién creemos y por qué. Creer por convicción y no por imposición, por amor y no por temor.
2.Coraza de justicia. -Protege-. La coraza se usaba en el ejército para proteger órganos vitales, el corazón por ejemplo. Esa protección era con un material resistente que provocaba que las flechas o las espadas no penetraran, por más fuerte que un soldado fuera, su piel no podía darle la protección de un metal. De la misma manera por más “buenos o justos” que en nuestra experiencia nos consideremos, no se compara a la justicia de Dios. La protección que alcanzamos no se debe a nuestras acciones sino a su justicia que inmerecidamente recibimos. Cuando se levantan chismes, palabras hirientes o algún ataque en tu contra parecen como flechas directo al corazón, y es ahí cuando la coraza entra en acción y nos protege. Por medio de una oración podemos activarla y pedirle a Dios que nos guarde de las cosas que nos dañan y que nos permita en su justicia ser diligentes y sabios para aprender a guardar nuestro corazón.
Dios quiere que conozcamos su armadura para que aprendamos a usarla. ¿Estás siendo rodeado con la verdad de la palabra de Dios? O ¿Estás permitiendo que palabras de hombre penetren tu corazón? Ponte tu cinto de la verdad y permite que te envuelva para que seas de una sola pieza, y no olvides tu coraza de justicia que impedirá que todo ataque a tu interior tenga éxito.
Podemos orar así: Dios gracias por equiparme, gracias por tener cuidado de mí, perdóname por no usar las protecciones que me das. Hoy necesito el cinturón de la verdad, que tu verdad me guíe y me permitas caminar a la luz de lo que eres, por favor que todo lo que hoy lea en tu palabra se quede guardado y pueda ponerlo en practica, que esto que estoy atravesando no me haga dudar de tu grandeza y tu poder, ayúdame a mantenerme firme. Que tu justicia me proteja de los ataques a mi corazón, conoces que soy débil, pero yo sé que tú eres fuerte, hoy me pongo la coraza y declaro que tu amor y justicia me libran de ataques directos a mi corazón. Gracias Padre, en el nombre de Jesús, amén.
Una respuesta a “Cinturón y coraza”