Cumplí 9 años cuando me regalaron mis primeros patines en línea, en esa época mis amigos todos más grandes también usaban, pero ellos eran buenos patinando, a mi me daba miedo, si la superficie era plana estaba bien pero en las bajaditas, bordes, o alguna complicación sufría mucho, era más una tortura que una diversión, algo así como andar en zapatillas tacón 20.
Imagina todos los terrenos en los que los soldados tenían que caminar, las suelas de su calzado debían ser “todo terreno” para que no resbalaran, para que soportaran picos y piedras, para mantenerse firmes.
Me llama la atención que durante el ministerio de Jesús todo el tiempo estuvo en movimiento, cuando nosotros estamos compartiendo a otros del amor de Jesús es sinónimo de tener calzado todo terreno.
Actualmente el movimiento no solo es físico, tenemos la ventaja de las redes sociales, ahí podemos mover información y llegar a muchas más personas, eso es uno de los principales motores que tengo al escribir, nunca se sabe quien dará clic y podrá leer acerca del amor de Dios. Usa todo lo que esté a tu alcance para proclamar el evangelio de la paz, en un mundo tan lleno de conflicto omite lo innecesario. Que triste es leer comentarios que juzgan, que señalan ¿dónde esta el evangelio de la paz?
El calzado de Jesús era sin duda todo terreno, todo el tiempo promoviendo el reino de su Padre, sin perder tiempo, sin detenerse donde no creían, sin pisar a los lastimados, siempre avanzando.
Y luego llegamos al escudo, y fíjate como el apóstol Pablo señala: tomen el escudo de la fe. Tomar, implica un esfuerzo. No te imagines un escudo pequeño tipo Capitán América, los escudos de la época de Pablo, eran muy grandes, y servían para avanzar al territorio enemigo. Daba la ventaja de la protección, pero requería fuerza de parte de los soldados. Justo así es la fe.
¡Quien tiene fe no conoce los límites! Pero para llegar a ese punto cuesta mucho esfuerzo. No se trata solo de pensar positivo, se trata de conocer a Dios y creer por sus promesas, en ocasiones parece muy difícil. ¿Estás experimentando una situación que requiere fe? Seguro estás de acuerdo con que lo más fácil es dudar. Tener fe no es lo más sencillo, pero si es lo que te protegerá de las flechas encendidas del maligno.
Conquista tu tierra, sigue avanzando, el enemigo desea que abandones y dejes de creer, pero escóndete detrás de la seguridad que te da el ser hijo de Dios.
Si Él ha empezado la obra, Él la terminará.
Podemos orar así: Padre gracias por mostrarme los beneficios de la armadura a la cual me das acceso, hoy pido que me permitas transmitir a otros tu evangelio, tu amor, que me ayudes a moverme en tu voluntad y guíes mis pasos a donde tu me quieras llevar. Permíteme ser un conducto de buenas noticias. Inquieta mi corazón para este día bendecir a un amigo, un familiar, con un mensaje de ánimo y de aliento. Oro que me ayudes a tomar el escudo de la fe, sabes lo que estoy enfrentando, conoces esta batalla, me siento cansado, necesito tu fuerza, me aferro a tus promesas y por encima de la duda yo declaro que soy un hombre (una mujer) de fe. Yo creo que terminarás lo que ya has iniciado y que aún no he visto todas las bendiciones que tienes preparadas para mi y para mi familia. Perdona Señor mi falta de fe, gracias otra vez por que me estás enseñando las ventajas de usar tu armadura. Gracias por que no hay batalla que enfrente solo, tú siempre estás conmigo. Gracias por la victoria que ya me has dado. En el nombre de Jesús, amén.
Una respuesta a “Calzado y escudo”