ENCUENTROS CON JESUS · mujeres

Una mujer feliz

Actualmente los matrimonios piensan mucho para tener incluso un hijo, piensan en la responsabilidad que eso conlleva y sobre todo la economía, pero en casa eso fue muy diferente. Mis padres decidieron tener 9 hijos y muy contrario a decir que vivíamos en abundancia, nos tocó crecer en pobreza extrema.

No había fechas especiales en las que pudiéramos recibir regalos, no recuerdo una cena  donde todos nos hayamos sentado comiendo un gran banquete, por el contrario si recuerdo que a veces nuestra situación era tan mala que no había para comer. Pero esos no eran los problemas realmente que traían una tristeza a mi alma. Como familia atravesamos la infidelidad de mi padre hacia mi madre.

Muchos matrimonios que atraviesan esto, piensan que solo engañan a su pareja, pero se equivocan, la traición al pacto no solo afecta a su cónyuge, también afecta a los pequeños corazones que viven en casa.

La infidelidad es de esas cosas que hace una sola persona pero que afecta a muchas. Todo eran gritos y reclamos…

¿Te imaginas mi corazón? ¡Solo era una niña!

Pero crecí…y el dolor que había dentro de mi también, ¿felicidad? ¿qué era eso? ¿en qué tienda se compraba? ¿era solo para algunos? A mi vida jamás había llegado ese paquete. Llegué a pensar “la felicidad NO existe”, mis pensamientos solo eran el fruto del daño que había dentro de mí.

En esa época, mi hermana mayor comenzó a tener algo distinto en su agenda: asistir a una Iglesia. Y comenzó hablarme de él…

¿Jesús? ¿Murió por mi? ¿Me ama? La acompañaba de vez en cuando, luego un poco más seguido, hasta que después no quería faltar, algo dentro de mí empezó a crecer más y más, ahora se que era la fe. Inició como una pequeña semillita y cada vez que escuchaba la palabra de Dios iba echando raíces.

Descubrí las promesas que Dios me había dado en su palabra, y una alegría fuera de mis fuerzas o mis circunstancias me llenó.

 “Dios renovó mis pensamientos y mi mentalidad acerca de quién era en Él”

Cuando me encontré con Jesús, algo EXTRAORDINARIO sucedió, hizo lo imposible para mi: cambió mi vida y mi perspectiva , todo se ajustó. Y con esto no quiero decir que mis circunstancias eran perfectas, o que ya no tenía ningún problema, con esto quiero decir que cuando acepté a Jesús, vino un orden a mi interior, que no me permitía ser gobernada por lo que me rodeaba, yo le di mi vida total y permití que su reino me gobernara. Me tomó en sus brazos y fui renovada por su amor y en su amor.

Hoy soy una mujer plena, Dios me ha bendecido en todas las áreas de mi vida. Suplió y sobre paso mis expectativas, me dio un esposo que lo ama con todas sus fuerzas, su mente y corazón, me dio hijas apasionadas por Él, muchos hijos espirituales, me ha coronado con dos hermosos nietos (un niño y una niña) y otro en camino.

Seguimos enfrentando dificultades como todos, pero la alegría que Jesús me dio no se ha ido aún en los momentos más complicados. Con Él no me falta nada.

Y respecto a la felicidad, estaba equivocada, SI EXISTE, la encontré cuando lo conocí.

 

 

-Francis Salce

2 respuestas a “Una mujer feliz

  1. Haci es realmente papa Dios es nuestro verdadero amor. Vivi algo similar cuando era niña todo me decia que yo no meresia ser feliz. Gracias a mi padre Dios no es haci. Hace tres años mi esposo y yo decidimos reconocer a Cristo como nuestro Rey y Salvador nos a cautivado con su gran amor, mi esposo y yo somos servidores en nuestra iglesia nuestro hijo mayor es guitarrista de la alabanza de la iglesia, mi niña de 12 años agradecida con Dios es parte del area de cunas de la iglesia y mi niño mas peque es feliz en su iglesia con lo que sus maestras le enseñan. Somos mas que amados por un Dios de verdad a el sea toda la Gloria y la honra. Bendiciones

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