Crecí en una familia católica, somos 4 hijos, dos mujeres y dos hombres, fui la segunda en nacer, y ahora que veo mi pasado me doy cuenta de que Dios siempre estuvo cerca de mí, buscándome, cuidándome y por su propósito y voluntad estoy aquí viva, sana, completa.
Cuando estaba preparando mi testimonio, pensaba: no es muy impactante, no es muy grande, pero en oración Dios me hizo ver que no se trata de mí, sino de Él. Y cuando estaba escribiendo me hizo recordar de cuantas cosas me ha librado, de cuantas veces me ha bendecido.
Antes de venir a Cristo buscaba mi seguridad en un hombre, mi anhelo siempre había sido casarme.
También buscaba mi paz en recursos económicos, creí que eso me daría la paz que necesitaba pues creía que “el dinero lo compraba todo” incluso la paz. Buscaba mi felicidad en un matrimonio, en cosas materiales, en el éxito profesional en todo lo que el mundo te ofrece.
Gracias a Dios y al esfuerzo de mis papás pude cursar una carrera, tuve un par de novios, con alguno de ellos creí que me casaría, comencé a trabajar en un despacho contable, me comenzaba a ir bien pero a pesar de eso, sentía un vacío, el novio me engañó muchas veces, me rompieron el corazón, me humillaron, termine una relación de varios años, no entendía en que había fallado, mi seguridad, mi confianza, mi autoestima, dependía de un hombre, de una relación, creía que no podía salir adelante, no sería completa o no valdría sin alguien a mi lado que me amara.
Un amigo de la familia comenzó a hablarnos de Cristo, iba a orar por nosotros, a leernos la biblia, pero yo huía de él, a veces me escondía cuando llegaba para no escucharlo, sé que ahí Dios comenzó a buscarme.
Después de un tiempo, conocí a quienes fueran mis padres espirituales en mi clase de inglés, estudiaba junto a una de mis mejores amigas de muchos años, con una maestra particular, y con la misma maestra estudiaba español una pareja de extranjeros que vinieron a levantar una Iglesia, como parte de nuestra práctica, teníamos 15 minutos de conversación en español y 15 minutos en ingles con ellos, así fue como nos hicimos amigos. En una ocasión, la mujer me invitó a una noche para mujeres, ya comenzábamos una amistad y les había tomado cariño, así que acepté ir pero sinceramente iba con dudas, con temor, pero cuál fue mi sorpresa, que cuando llegué me recibieron un grupo de mujeres que venían de Estados Unidos para ayudar en la obra de Cristo, con sonrisas, abrazos, como si me conocieran de mucho tiempo, fueron súper lindas, irradiaban una paz, un gozo que me impactó, esas noches fueron durante toda la semana, y la que al principio no quería ir, y había ido por compromiso, después de la primer tarde, ya no quería faltar, cada día esperaba que se hicieran las 7 para ir a pasar tiempo con ellas, haciendo manualidades, platicando, étc.
Fue tal su servicio que me movió a desear eso que ellas tenían y lo irradiaban, literal irradiaban el amor de Cristo, después de esa semana me invitaron mis amigos a un estudio bíblico, y de igual forma tenía mis dudas, mi amiga me convenció a ir, yo iba con un escudo, el cual Dios pudo derribar a través de ellos, fue ahí donde conocí realmente a Jesucristo, me di cuenta que tanto me amo que dio su vida por mí, me arrepentí de mis pecados y lo recibí como mi Señor y Salvador y me fui enamorando de Él.
Su amor, su palabra, su promesa, su presencia fue llenando ese vacío que sentía, sanó heridas, rencores, rompió cadenas, me lleno de gozo y paz inexplicable.
Me di cuenta que no soy incompleta para necesitar alguien que me complete, soy completa con Él. Dejé de aferrarme a un hombre, a un matrimonio, le he pedido que Él me muestre con claridad la persona que Él ha escogido para mí, y de no hacerlo, no cuestionar ni pelear con Él, sino aceptar con gozo su decisión confiando de que es lo mejor para mi vida, pues lo ha decidido quien mejor me conoce y quien más me ama. Parece muy radical pensar así, pero llegar aquí me ha costado mucho, no tengo miedo, se qué sus planes para mí superan mis expectativas y soltar me ha hecho recibir.
No puedo decirte que no lucho con el anhelo que no he visto cumplido, pero al leer la palabra de Dios en Hebreos 11, menciona el nombre de 19 personas. Todas recorrieron un sendero de dificultades y dudas, pero, aun así, decidieron obedecer a Dios: «murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra» (v. 13)
Ellos que fueron tan especiales para Dios no vieron su anhelo y promesa cumplida, pero siempre permanecieron y su fe nunca disminuyó.
Mi consuelo es que Dios guía cada paso de mi vida, independiente de las circunstancias, tengo fe en Jesucristo y acepto su voluntad, no te digo que no batallo, el día a día crea muchas luchas en mí, por ejemplo, cuando las personas me juzgan porque sigo soltera y llegan a decir “algo anda mal para que estés sin pareja” quizá porque me ven rara, o muy exigente, pero mi esperanza es más grande que eso.
Ante mi presente, de una cosa estoy segura:
No cambiaria mi relación personal con Cristo, el sentir su presencia, su paz, su gozo y mi esperanza de pasar una eternidad con Él por nada, ni por un esposo, un matrimonio, étc.
Sus tiempos muchas veces no son nuestros tiempos y he aprendido a fluir en su voluntad cumpliendo mi propósito, sé que no estoy donde estuve ayer y por su amor al fin mi esperanza dejó de ser y estar en los demás, para ponerse en Él.
Disfruto mi hoy, sabiendo que lo mejor está por venir.
Tu experiencia….edifica mi vida en gran manera…¡¡¡ que valiente compartir un testimonio revelador…Tomaste la mejor decisión y el mejor camino…tus ojos lo veran¡¡¡¡¡