mujeres

Brilla

De las novelas aprendimos que solo a la protagonista le va bien, que la vida se trata de apagar la luz de la otra para poder brillar. Y quienes no vieron novelas lo aprendieron de las mujeres que rodeaban sus vidas, competencia hasta ganar. Fue muy curioso regresar a la primaria siendo ya grande y ver cómo las niñas de primer grado (las más pequeñas) se movían a la hora de su recreo en pequeñas pandillas, era muy obvio la que no encajaba porque estaba sentada sola, o con la maestra, no faltaban las que andaban corriendo como caballo (decía mi abuelita) por toda la escuela sin sentido.

Desde pequeñas buscamos la compañía, para la mujer desde temprana edad es fácil desarrollarse en ese sentido porque es parte de su esencia, lamentablemente cada niña no recibe desde casa su valor. Cuando en casa se valora, cuida y protege, en el exterior se nota una conducta que no anhela lo de alguien más. Pero si desde casa la niña recibe palabras haciéndola menos, o ignorándola crecen con una tendencia a querer opacar.

Muchas veces no entendemos conductas de las mujeres que nos rodean ( o las propias) y es que la raíz puede venir desde tempranas edades.

Lo que tú tienes es inigualable, la luz que tú irradias fue dada por Dios. Y Dios es el único capaz de sanar y arrancar toda raíz de dolor que fue plantada en tus primeros años. En ocasiones hay mujeres que simplemente han dejado de alumbrar porque su alma está en oscuridad.

Quizá piensas “yo jamás he querido apagar la luz de nadie” pero si te pusiste filosa a la hora de criticar, si diste una opinión terrible cuando te preguntaron por fulanita, si envidiaste el logro de una más, y lo más intenso es que ni la crítica, el juicio o la envidia apaga la luz de otra, solo la propia.

Nos hemos encargado de ser las primeras en apagar nuestra propia luz, la mujer que ya reconoce que no se trata de apagar la de otra sino de mantener la conexión directa con Dios es una que ya experimentó el descuido propio.

¿Cómo puedo mantener mi luz encendida? Literal, pegada a la fuente de energía que es el Espíritu Santo, sé honesta, dile lo que te pasa cuando ves o escuchas de alguien que está en una posición que tú anhelas, te sorprenderás de cómo Dios con amor te lleva a cambiar de perspectiva y te permite trabajar en ser una mejor persona.

Hay momentos en que no es que te descuides, simplemente olvidas lo mucho que brillas y en la bondad de Dios te envía personas o situaciones que te hacen reaccionar.

Si ahora mismo estás en ese momento recibe este mensaje: brillas no por tu estatura o tu cabello, no por tus calificaciones o tu salario, no por tu pareja o tu soltería, no por tu ropa o tus accesorios, no por tus amistades o tu posición, brillas por que eres mujer, por que eres hija de Dios, por que fuiste rescatada de oscuridad a luz, por que en ti hay vida, por que tu sonrisa transforma el ambiente, por que tu palabras son consuelo, por que tu luz proviene del Padre de las luces.

14 »Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse. 15 Nadie enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. 16 De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos, para que todos alaben a su Padre celestial.

(Mateo 5:14-16)

¡Con mucho amor de mi corazón para el tuyo!

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