Entonces Eliseo oró: «Oh Señor, ¡abre los ojos de este joven para que vea!». Así que el Señor abrió los ojos del joven, y cuando levantó la vista vio que la montaña alrededor de Eliseo estaba llena de caballos y carros de fuego. (2 Reyes 6:17 NTV)
Imagina que un día despiertas y ya se asoma el sol, puedes sentir la luz que comienza a picar en tus ojos, tu cama te pide cinco minutos más, pero sabes que tienes que levantarte antes de que te vuelvas a quedar dormido, así que cuando estás listo para salir, abres un poco la ventana para ver si hay viento y si está haciendo frío llevarte otra chamarra, cuando ves lo que no puedes creer, afuera de tu casa hay 5 camionetas negras vidrios completamente oscuros, mínimo 50 personas con pasamontañas y armas de todos tamaños, a lado de tu casa son terrenos baldíos, cierras la cortina y todavía en shock, vas a la ventana de arriba y te das cuenta que tienen tu casa completamente rodeada. ¿Cuál sería tu primer reacción? ¿Salir con una gran cafetera y ofrecerles desayuno? ¡Nooooooooo! Sería algo mas o menos así, primero despertaríamos completamente, toda pizca de sueño se iría, nuestra respiración cambiaría, sería más rápida, nuestro rostro tomaría otro color, abriríamos más los ojos, comenzaríamos a sentir un dolor en el estómago, nuestras piernas comenzarían a debilitarse, mientras que nuestro cuerpo temblaría, nuestros movimientos serían torpes, nuestra boca se secaría, algunos sentirían ganas de vomitar y otros más simplemente se paralizarían.
Bueno algo así le paso al sirviente de Eliseo, despertó y salió y había tropas, caballos y carros de guerra por todos lados.
—¡Oh señor! ¿Qué vamos a hacer ahora? —gritó el joven a Eliseo (2 Reyes 6:15 NTV)
La respuesta de Eliseo fue:
¡No tengas miedo!¡Hay más de nuestro lado que del lado de ellos! (2 Reyes 6:16NTV)
En momentos de peligro, en situaciones inesperadas, en circunstancias difíciles, crees que tu repuesta sería “no tengas miedo”.
¿Qué es lo primero que nos invade en un momento de oscuridad, de incertidumbre? ¿No es acaso el miedo?
Eliseo oró para que Dios cegara los ojos de sus enemigos y abriera los ojos del sirviente y pudiera ver en un ámbito espiritual.
Creo que debemos orar así, que nuestros ojos espirituales sean abiertos y los de nuestros enemigos sean cegados. ¡Qué diferencia tan grande sería vivir una vida, sin temor a lo desconocido, confiando plenamente que siempre sin dudarlo hay más de tu lado, que del lado contrario, ahora mismo ¿qué cambiaría en tu vida si tus ojos espirituales fueran abiertos?
De nuestro lado esta el Dios todo poderoso que nos protege, nos cuida y pelea por nosotros. La historia culmina en una respuesta tal cual lo pidió Eliseo. No cabe duda que a veces no tenemos por que no pedimos.
Oración para este día:
Dios, tu conoces lo que estoy enfrentando y sabes que mi corazón se llenó de temor, perdóname por no confiar en ti, me arrepiento y te pido en el nombre de Jesús que mis ojos sean abiertos y todo plan del enemigo para mi vida sea destruido, muchas gracias por escucharme y por pelear por mi, en el nombre de tu hijo amado, amén.