mujeres

CICATRICES

¿Qué te pasó ahí?, fue la pregunta que hizo mi esposo anoche mientras estábamos acostados, se refería a una cicatriz que tengo arriba de mi labio, ya le había contado la historia pero se le olvidó (hombres).

Tenía como 9 años cuando estábamos jugando lo que en Tepic le llamamos “alcanzadas” siempre tuve amigos más grandes que yo, por lo tanto más rápidos, yo era de las más chicas y no me gustaba perder entonces me la pasaba en “la base”, que era el poste de madera que estaba en la esquina, fue un miércoles después de salir de la Iglesia que estábamos jugando, yo traía una paleta que tenían dibujado un reloj (creo que ya no las hacen) pero era puro caramelo, y con una mano agarraba mi paleta y con la otra daba vueltas, en eso llegó Abraham otro amiguito, y empezó a dar vueltas para el lado contrario, cuando menos pensamos chocamos, mi labio quedo tan hinchado y empezó a salir sangre que empecé a llorar, me compraron un helado de esos que vendían en bolsita y me lo pusieron y ya que mi llanto y el susto de los demás bajó, comenzaron a decirme que la herida que tenía me la había hecho el diente de Abraham, me acuerdo y me da mucha risa pero en ese momento Abraham no era mi amiguito, en mi teoría mi paleta fue la que perforo, pero mientras pasaron los años eso cada vez parecía imposible porque hubiera sido demasiada sangre y la cicatriz hubiera quedado por dentro, y no es así, la cicatriz solo esta por fuera y no fue profunda, así que quizá Abraham si dejó la marca de su diente en mi. Ya lo perdoné, incluso me gusta esa pequeña cicatriz.

Lamentablemente hay otro tipo de cicatrices que no nos provocan risa, sino todo lo contrario, esas que no se ven y parece que el tiempo no ayuda mucho, recordamos y seguimos sintiendo el dolor como si hubiera sido ayer. Eso nos limita a continuar con nuestras vidas y provoca una amargura que nos priva de disfrutar de nuestro presente. ¿Pueden nuestras heridas sanar? ¿Será que en un futuro recordaré lo que ahora me duele y podré incluso aprender de eso? ¿Cuánto tiempo tiene que pasar para sanar una herida y que esta se vuelva cicatriz?

El significado de cicatriz puede ser:

1.Marca permanente en la piel, normalmente causada por la curación de una herida.

2.Marca espiritual que queda tras una pena, desilusión.

Básicamente cuando hay una herida, le sigue la curación la cual deja una cicatriz, cuando la herida sanó, la cicatriz no debe ocasionarnos dolor, la piel se vuelve a unir solo con otra textura.

El cuerpo es muy sabio, y no nos recuperamos de la misma manera, hay quienes cicatrizan y casi ni se les nota y hay otras que no, depende del tejido y de factores de piel, pero en cuanto a tiempos y diseños  cada uno es distinto.

Querer compararte con otra mujer que vivió lo mismo o parecido a ti para saber cuanto tiempo le llevo sobreponerse, qué hizo o qué no hizo, quizá te lastime, por que insisto cada persona cicatriza diferente aún espiritualmente. Lo cierto es que para que una herida sane podemos hacer algunas cosas.

  1. Lo primordial es querer, tener la decisión. Parece muy obvio pero hay quien inconscientemente prefiere mantener la herida abierta para colgarse de ese recuerdo aun que sea doloroso, lo prefiere antes que continuar.  En ti y en mi ha sido depositada una fuerza que viene de Dios y esto la hace sobrenatural, que surge en los momentos de necesidad, si tú quieres, puedes. Y eso va pegado con lo segundo.
  2. Pedir ayuda. Si no eres médico cirujano no tendrás los conocimientos que ellos tienen, hay situaciones en las que tenemos que acudir ante el especialista y exponer la herida para curación. En el caso de las emociones, acudir con un psicólogo o consejero capacitado te ayudará. Ir por la vida contando tu herida no permite que la dejes atrás, ni que sanes, solo te hace recordar momento no gratos. Acercarnos a mujeres que nunca han cerrado heridas para contarles las nuestras solo nos da una conexión de amargura, si quieres ayudar a una amiga que siempre te cuenta lo mismo, acompáñala a un tipo de terapia.
  3. Entregarlo a Dios. Dios puede y quiere sanarnos, nuestra parte es aceptar esa sanidad divina y abrazarla. Cuando tenemos a Jesús en nuestro corazón, el Espíritu Santo vive en nosotros y de repente no reconocemos el poder que opera cuando esto sucede. Resulta que el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.(Gálatas 5:22-23) Entonces no cuadra decir que tenemos a Dios cuando nuestro fruto hay rencor, enojo, dolor, étc. Necesitamos pedirle al Espíritu Santo su intervención, le damos tan poco lugar que no lo conocemos y tampoco disfrutamos de sus beneficios. Tener dominio propio nos ayudará a elegir nuestras batallas y nuestras emociones. Cuando una persona no domina ni lo que habla o come, menos lo piensa y siente, por eso sea que estemos con una herida o no, nuestra oración constante debe ser en búsqueda de la llenura de su Espíritu en nuestras vidas, antes de querer arreglar a otros, es necesario sanar nosotras.

No se trata de minimizar tu dolor, ni de darle poca atención, se trata de que Dios te fortalece para salir de eso por más que a ti se te haga complicado.

Puedes elegir una vida con heridas abiertas e ir derramando constante dolor, o puedes elegir una cicatriz que llegará el día que no te recordará el dolor sino la fuerza con la que saliste. Ver cicatrices en nuestra vida no debería tener una connotación de sufrimiento sino de victoria, por que aunque fue complicado, logramos seguir adelante. Tan solo recuerda las cicatrices en Jesús, ellas son nuestro más grande triunfo, no se quedó colgado en una cruz, resucitó. Y así como nuestro Señor Jesucristo, podemos resucitar de un estado de dolor a la mejor etapa de nuestras vidas.

Que no te de vergüenza mostrar tus cicatrices, pues hablan de una mujer que ha peleado y ha triunfado.

2 respuestas a “CICATRICES

Deja tu comentario