Inspiracional

Rueda de la fortuna

¡Cuando estés arriba no te olvides que la vida es como una rueda de la fortuna!

Ya tenía como 27 años cuando los comentarios de “¿sigues soltera?” cada vez eran más frecuentes, recuerdo en una ocasión que una persona (casada) me dijo “apúrate ya te estás quedando”. Esa persona se burlaba de mi, ni en ese momento ni ahora le deseé el mal, pero ahora los papeles se invirtieron, sucedió que su relación colapsó.

Nadie tiene asegurada 100% de perfección en la vida, todos somos susceptibles ¡ni siquiera somos dueños de la vida misma que presumimos tener! En un momento todo se esfuma, cambia, se mueve y lejos de decir “disfruta mientras puedas”, se trata de saber identificar las temporadas que atravesamos para que ya sea que estemos abajo o arriba sepamos que “todo pasará”, no con mentalidad fatalista sino real. Sabiendo que lo bueno hay que aprovecharlo y lo malo hay que saber llevarlo.

Esto me recuerda la historia de Job, un hombre íntegro que por mucho tiempo estuvo en la cima, pero luego de un momento a otro perdió todo y desfallecía, pérdidas económicas, de salud y relaciones fueron el combo que enfrentó. Mientras todo iba bien la gente lo admiraba pero cuando su situación cambió la gente lo señalaba, se burlaba, o juzgaban, y así como todo cambió para mal de un abrir y cerrar de ojos, así Dios intervino para bien y Job tuvo el doble de lo que antes llegó a tener y conoció de primera mano a su Redentor.

Cuando veas que todo va bien con los que están cerca de ti:

-Celebra

-Únete

-Ríe

Cuando vaya mal:

-No juzgues

-No te burles

-No te alejes

Valora a la gente que esté contigo en las buenas, se leal con los que estén contigo en las malas.

La prueba fue el trampolín de Job, ¡quién lo diría! el momento más bajo lo llevó al más alto.

Cuando estemos abajo será más fácil escuchar el murmullo de la gente, pero no nos enfoquemos en cuán lejos podemos alcanzar a oír lo que se dice de nosotros, sino lo que Dios dice de nosotros. Mientras Job atravesaba la prueba el reconoció la condición de su relación con Dios:

Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos. (Job 42:5)

Sea que hoy te encuentres en medio, arriba o abajo, que tú corazón no olvide que ¡EL REDENTOR VIVE!

Confía al SEÑOR todas tus preocupaciones, porque él cuidará de ti; él nunca permitirá que el justo quede derribado para siempre (Salmos 55:22)

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