Inspiracional

¿Cómo cambiar mi visión del futuro?

Te escribo a ti que estás abrumado, cansado, molesto, que en un principio llevaste “la pandemia” (o el momento complicado que vives) con tranquilidad pero que ya te superó todo este ambiente en el que ya no sabes que tanto es verdad que tanto es mentira, que escuchas que esto es política pero también tienes gente relativamente cercana que ha muerto. A ti que haz estado estos últimos días luchando por ver a Dios pero te sientes lejos, que necesitas calor de tu familia pero a la vez no quieres infringir las reglas que se te han dicho.

Te entiendo, estoy contigo, pensar en nuestro futuro es de lo más incierto y se vuelve muy denso. Pero déjame decirte algo: se ve una pequeña nube.

La Biblia nos cuenta esta historia en 1 Reyes 18. Era el tercer año de una sequía. ¿Te haz quedado sin agua una semana? Imagina lo que es enfrentar esto por 3 años, el hambre ya era intensa. Entonces Dios trae palabra por medio del profeta Elías “Preséntate ante el rey Acab y dile que ¡pronto enviaré lluvia!” (1 Reyes 18:1)

Elías se encuentra con Acab y ocurre una verdadera masacre con los profetas de Baal (puedes leer la historia completa en 1 Reyes 18). Dios estaba dejándole claro al pueblo que Él era el ÚNICO Dios. 

Luego Elías dijo a Acab: Vete a comer y a beber algo, porque oigo el rugido de una tormenta de lluvia que se acerca. Entonces Acab fue a comer y a beber. Elías, en cambio, subió a la cumbre del monte Carmelo, se inclinó hasta el suelo y oró con la cara entre las rodillas. (1 Reyes 18:41-42)

Elías ya había recibido la promesa de que Dios enviaría lluvia, pero aún así, decidió humillarse y orar.

Tú y yo ya tenemos promesas increíbles: 

  • Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. (Jeremías 29:11)
  • Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré; jamás te abandonaré. (Hebreos 13:5)
  • Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán(Isaías 43:2) 
  • Come miel, hijo mío, porque es buena; sí, la miel del panal es dulce a tu paladar.  Debes saber que así es la sabiduría para tu alma; si la hallas, entonces habrá un futuro, y tu esperanza no será cortada (Proverbios 24:13-14)

Dios tiene tu futuro en sus manos. ¡Ya fue dicho, y nuestro Dios cumple! Pero no por eso hemos de dejar de humillarnos y de orar. 

Elías empezó a pedirle a su sirviente que viera hacía el mar para ver si se veía lluvia, y cada vez la respuesta fue que no veía nada. 

¿Cómo te hubieras sentido? ¡Oye Dios me estás prometiendo que enviarás lluvia y no veo nada! 

El siervo de Elías fue a ver no 1 ni 2 ni 3 ni 4 ni 5 ni 6 veces fue 7, y a la séptima vez dijo:

—Vi una pequeña nube, como del tamaño de la mano de un hombre, que sale del mar. (1 Reyes 18:44) 

¿Una pequeña nube? ¿En serio? La sequía había durado 3 años ¿una pequeña nube será suficiente esperanza? 

Hemos pasado meses de incertidumbre pero se ve una pequeña nube de confianza, se vislumbra un nuevo comienzo.

Observa la reacción de Elías

Entonces Elías le gritó:

—Corre y dile a Acab: “Sube a tu carro y regresa a tu casa. ¡Si no te apuras, la lluvia te detendrá!”.

¿Me brinqué algo? ¡No me hace lógica! un momento no hay nada, luego hay una pequeña nube y luego ¿resulta que la lluvia no se detendrá? 

Tal cual de ilógica es la fe, no es que haya visto que se creó una vacuna, o que las fronteras abrirán o que regalarán dinero ¡no! Solo es qué sé que Dios tiene cuidado de nosotros. Que a Él no le tomó por sorpresa esta temporada, que éste tiempo no es perdido, que Dios está trabajando en cada corazón vulnerable que se lo está permitiendo.

Querido lector, no pierdas la fe, no te hundas, mejor sube a la montaña a orar, es decir deja tus preocupaciones, tus afanes, tu lógica y ve por encima de eso al mundo espiritual, inclínate hasta el suelo y ora con tu cara entre las rodillas, ¿sabes cuando oramos así? ¡Cuando ya no podemos más! Cuando queremos ver milagros, cuando nuestra fe debe crecer, cuando no vemos claro.

Declara esperanza en tu futuro ¡la tienes! Háblale a tu ansiedad y profetiza una lluvia de bendiciones, aún si lo ves lejos, aún si se ve con pocas probabilidades, no subestimes lo que desde tu panorama se ve pequeño, detrás de eso, hay un Dios inmenso.

Poco después el cielo se oscureció de nubes. Se levantó un fuerte viento que desató un gran aguacero ( 1 Reyes 18:45) 

Veo una pequeña nube, que soltará un gran aguacero.

En lo quebrado que tú alma puede encontrarse, el espíritu de Dios habla vida. -Romanos 8

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