día de la mujer · Inspiracional

Memorias de una telefonista

Un poco de historia…

Un 8 de Marzo de 1857, las mujeres que trabajaban en la industria textil, que eran llamadas garment workers,en nueva York, organizaron una huelga. Ellas peleaban para que hubiera salarios más justos y condiciones laborales más humanas.

Pero el suceso que marcó la celebración moderna del Día Internacional de la Mujer fue el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en esa misma ciudad, el 25 de marzo de 1911, que causó la muerte de 146 trabajadoras, la mayoría de ellas jóvenes inmigrantes.

Pese a que fue en 1975 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas conmemoró por primera vez eldía internacional de la mujer, fue hasta 1977 cuando la ONU lo formalizó con el objetivo de buscar la igualdad y la no discriminación.

Empleada #347…

Curiosamente mi historia inicia un 8 de Marzo pero de 1973, en la ciudad de Tijuana, Baja California.

Mi bella Tijuana, una ciudad que abraza y se vuelve el hogar de tantas familias. Es cierto se dicen muchas cosas de su gente, de su gobierno, de su cultura, y hasta de su ubicación geográfica por ser fronteriza. No la veo perfecta, pero quiero invitarte a que me acompañes a un viaje donde podrás ver como incluso antes de que se conmemorara el día de la mujer, la mujer ya gozaba de derechos y beneficios. En ocasiones recordamos solo lo negativo de un lugar, la queja es más sencilla de soltar, mi historia junto con la de mis compañeras, me permite comprender que no todo lo malo que se dice es cierto, ni todo lo cierto es malo, ¿me acompañas?

Con solo 20 años de edad, recién cumplidos por cierto, fui contratada para trabajar en Telefónica Fronteriza ahora Telnor, justo me había quedado sin trabajo, la maquiladora en la que laboraba cerró, así que quedé desempleada, al poco tiempo de esto, me encontré a una amiga de la colonia y ella me invitó a trabajar en la telefónica, rápido fui al sindicato de telefonistas y sin tanto papeleo, fui llamada a un mes de capacitación.

Agradezco a mi amiga quien me informó que estaban contratando, amo contar mi historia, por que está rodeada de mujeres que sin envidia, me ayudaron, me empujaron y me hicieron posible el vivir uno de los mejores momentos de mi vida. En ocasiones culpamos al sistema, pero ¿qué pasaría si tuviéramos más círculos de sororidad?

Tuvimos un mes de capacitación que finalizó con un examen. Fue una mujer quien tuvo la responsabilidad de calificarme y era ella quien decidiría si me quedaba o me iba. Fui aceptada en el área de larga distancia.

Mi número de empleada era 347, y una vez ya en la empresa, inicie mi entrenamiento, que básicamente era servicio al cliente por medio de la telefonía, se trataba de acortar distancia y conectar la comunicación entre empresas, familias, noviazgos, amistades, negocios, étc.

Solo contrataban a mujeres, teníamos prestaciones, vacaciones, posibilidad de seguir estudiando, horarios flexibles, al hablar de telefonistas hablamos de prestigio y respeto tanto de las autoridades como de la ciudadanía. Nuestro trabajo era muy noble y fuimos muy cuidadas. 

Algunas compañeras entraron a sus 17,18 años, en mi caso yo tenía 20, fue ahí donde encontré una segunda familia, identidad, había tanta diversidad de mujeres por ende cantidad de historias, de personalidades, de sueños, de anhelos, de risas y carcajadas, que me permitió crecer, desarrollarme tanto laboralmente como en mi interior. Me dio sentido de pertenencia, seguridad, e incluso afianzo mi propósito. El servir a las personar, el ayudarlas, el conectarlas a su origen, afirmó mi vocación de ayudar a otros.

Me gustaba mucho que nosotros atendíamos las llamadas de teléfonos públicos, algunas lectoras que son muy jovencitas ni siquiera les toco el conocer estos teléfonos, los cuales se encontraban en las calles, una caseta y dentro de esta un teléfono de disco, la numeración estaba dentro de un circulo, se debía poner el dedo en el orificio del número y luego dar la vuelta a la derecha hasta completar todo el teléfono. Lo que ahora te lleva pocos segundos, antes era diferente. Bueno en Tijuana, como saben y sigue sucediendo, había gente que estaba de paso, gente muy humilde que muchas veces no tenía idea de cómo marcar y nos tocaba tener mucha paciencia para apoyarles a comunicarse con sus familiares.

Era muy gratificante el poder servir, el ser un enlace, uniendo familias, tanto para noticias que traían alegría, hasta fallecimientos, en ocasiones nos pedían contactar a familiares que vivían en ranchos en los que no habían casetas, entonces necesitábamos ubicar lo mas cercano posible, y de ahí se enviaba a un mensajero, quien al llegar al rancho iba a la casa de “fulanito” y le pedía que fuera a la caseta porque le estaban llamando, esas distancias eran muy largas, tardábamos hasta 5 horas para concluir la llamada, y la persona que marcaba desde el teléfono publico esperaba también para poder dar la noticia.

Podíamos atender llamadas de presidentesmunicipales, gobernadores, ámbito artístico, recuerdo la voz de Fernando Allende, Rafael, Julio Iglesias, Camilo Sexto, María Victoria, Vicente Fernández, todo ellos pasaron por oídos de telefonistas. Mis contemporáneas los conocerán. 

Mis horarios eran 6 días a la semana, jornada de 6 horas, cada mes nos cambiaban el horario pero teníamos la oportunidad de intercambiar entre compañeras ya sea por mes o por día. Teníamos un excelente sueldo, casi 4 veces más del mínimo que ganaba a la semana en una maquila. Teníamos aguinaldo, vacaciones, prima, IMSS.

Recuerda era el año 73, nunca sentí que mi identidad valiera menos. Éramos muy queridas por autoridades, tuvimos un trato increíble como operadoras, fuimos valoradas. Solo recapitulando todo esto pasaba en México, en los años 70´s, existía equidad, beneficios, derechos y sueldo digno del trabajo que desempeñábamos, nunca fuimos demeritadas por ser mujeres. No existían las marchas pero si la hermandad, nosotras ya gozábamos beneficios que otros antes que nosotros tuvieron que luchar.

No digo que abundaban estas empresas, pero también lo bueno tiene que contarse, también se debe reconocer los triunfos.

En el mundo entero se han ganado batallas enormes a favor de la mujer, es cierto que la maldad se incrementa y que los tiempos cambian pero nada ha sido en vano.

Fue en esta temporada en la que pude viajar y conocer diferentes partes de nuestro país. 

En una ocasión junto con amigas nos fuimos al carnaval de Mazatlán, pude llevar a mi hermana quien era menor de edad, nos sentíamos libres, independientes, no medimos el peligro, no por ser mujeres, sino por no conocer y no tener referencias de los lugares que visitaríamos, como turistas es necesario ubicar las zonas por las que es seguro transitar, hoy lo puedo ver pero en esa época y siendo de las primeras veces en viajar, todo nos parecía aventura.

Fuimos a comer al famoso restaurante Frogs, estaban por servirnos cuando llega un hombre como de 30 años( en ese momento me parecía muy grande) prepotente, quizá pasado de copas, con mucha seguridad se sentó a lado de mi hermana quien iba bajo mi cuidado, ella se asustó, lo note en su cara, sin pensarlo levante la voz diciéndole: “no te sientes ahí, no ves que le está molestando”, y el tipo me respondió: “¡¿Celosa?!

Es mi hermana le dije con mucha molestia, en eso se distrajo, y nos dimos cuenta que traía pistola, no supimos ni como nos salimos corriendo, muy asustadas.

Después escuchamos que era común que se robaban a las muchachas, no precisamente ahí, pero muy cerca.

Se me viene a la memoria nuestra aventura en Mexicali. Esta si que la recuerdo y pienso que el miedo no existía en nosotras y el sentido común tampoco. Fuimos tan vulnerables y nos expusimos tanto, que me parece justo y necesario, pedirte que hables con tus hijos e hijas de lo que a ti te pasó, para que ellos puedan tener un antecedente de cómo actuar en situaciones peligrosas. Con nosotras nadie se acerco para darnos tips de viajes, y tampoco pedimos consejo, no estaba mal tener inocencia, el problema es que los corazones dañados, las vidas arruinadas, y la enfermedad mental siempre ha existido, puedo voltear atrás y decir fuimos protegidas. Dicho esto, no te quiero decir que pierdas tu inocencia y desconfíes de todo y de todos, sino que adquieras sabiduría sea que seas adolescente o adulto, con el tiempo me he dado cuenta también que la imprudencia no es solo por la edad, que todo lo que adquiramos podamos ponerlo en práctica. Y bueno ahora si, aquí te va la historia.

Veníamos de regreso de uno de nuestros viajes, era invierno y viajábamos en autobús, la rumorosa estaba cerrada, no podíamos llegar a casa, nos avisaron que hasta el día siguiente se reanudarían los viajes. En vez de quedarnos en la central camionera, optamos por salir, era miércoles de ceniza, así que muy fieles creyentes fuimos a la iglesia por nuestra cruz, nos fuimos a comer y al salir no recuerdo si fue porque ya no traíamos dinero o porque se nos hizo fácil, el punto es que pedimos raite. Se detiene un hombre de aproximadamente 35 años. -¿A dónde van muchachas? -preguntó, a la central camionera -respondimos, comenzamos a platicarle el porque estábamos ahí, dándole detalles de nuestro viaje. –Es peligroso hacer esto, corren mucho peligro, nos dijo.

Acto seguido nos subimos a su carro.

Nos dijo que pararía primero en su trabajo, y nos bajamos con el, fíjate nada mas, hasta su trabajo fuimos a conocer. ¿Puedes recordar una historia donde tu sentido común esta totalmente desaparecido? Bueno esta es una de esas para mi.  

Resulta que trabajaba en una radiodifusora, nos presentó como sus amigas de Tijuana, y al salir nos dijo “¿se quieren quedar a dormir en la casa de mi mamá?

Lo razonable hubiera sido decirle “gracias, aquí pedimos un taxi” ya con mucha confianza “llévanos por favor a la central”, pero en vez de eso…

Aceptamos ir a dormir a la casa que un desconocido nos estaba llevando, no a la fuerza, no con amenaza, por nuestra propia decisión. 

Una vez más lo recalco, no era el hecho de ser mujeres, sino lo fácil que pudimos exponernos. No justifico que el exponerte sea la razón para que seas blanco de que te lastimen, pero ¿estás de acuerdo que pudimos evitarnos el peligro?

Esta historia, termina bien, pero cuantas historias terminan hasta con la vida. En efecto nos llevó a la casa de su mamá (una señora mayor), y el se retiró a su casa porque era un hombre casado. Ricardo Gutiérrez, el súper héroe de la historia. Un hombre integro.

Por la mañana, nos recogió, nos llevó a una panaderíade una tía de el, donde aprovechamos para tomar café con pan y luego, nos regresó a la terminal de autobuses.

¿Cómo la vez? Estas historias siguen sucediendo, solo que no todas con finales felices ni súper héroes. Ojalá aprendiéramos más de lo que otros experimentan. Quizá a alguien le sirva, para ser cauteloso. 

Fueron muchas experiencias enriquecedoras, en el 82 nos fuimos de huelga, logramos el objetivo. En el temblor del 85, en la Cd. De México, Telnor estableció servicio exclusivo gratuito para que los familiares en Tijuana pudieran comunicarse o saber de sus seres queridos victimas del desastre natural.

Descubrí un mundo nuevo, un despertar por estudiar, por desarrollar mi área académica y profesional. Sin duda una etapa que nunca olvidare.

Duré 16 años en esa empresa, fue como mi segundo hogar, éramos muchísimas compañeras, mucha solidaridad, cuando había una necesidad, o una celebración, contábamos la una con la otra. Hasta la fecha, seguimos reuniéndonos, seguimos recordando esa época maravillosa y apoyándonos en nuestro momento de vida.

También hubo, hay y habrá ambientes laborales sanos, también existen las compañeras que se vuelven amigas y hermanas. Yo decidí salirme de la empresa para dedicarme a mi familia, pero el aprendizaje obtenido me sigue acompañando. 

Fuimos tantas mujeres solteras, casadas, divorciadas, viudas, tantas historias de vida que pudimos expandir nuestros horizontes, agradezco a la vida y a Dios por esta maravillosa experiencia. De mi corazón al tuyo espero que en estas letras puedas ver que no todo ha sido maltrato y dolor, que se ha avanzado demasiado, que es verdad los retos continúan, pero lo bueno también tiene que ser escuchado.

-Martha Alicia Rocha 

(Suegra de la autora de este blog)

Finalizó esta increíble historia con la siguiente reflexión.

¿Qué acciones podemos realizar el 8 de Marzo?

Lo primero es respetar como cada una de las mujeres quiere conmemorar este día. 

(Noemi Quiñones, Coordinadora del Centro de Reconocimiento de la Dignidad Humana del TecCampus Toluca.)

A través de mis letras es que decido conmemorar no solo a Martha sino a las cientos de mujeres que han sembrado para que hoy tu y yo sigamos cosechando! Conmemoro contándote su historia deseando que comencemos también a hablar las victorias y lo bueno! Que también sea noticia! Celebro a las mujeres que a nuestro al rededor nos alientan y nos motivan para conquistar un nuevo sueño, un nuevo empleo, celebro a las que pueden detener una crítica y cubrir tu espalda, celebro a la que te enseña, te cuida, te abraza, te cobija, te anima, te confronta, te ayuda a madurar y es instrumento para que conozcas nuevos mundos!

Anuncio publicitario

2 respuestas a “Memorias de una telefonista

Deja tu comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s