Inspiracional

Alejandra Reynoso

Alejandra Reynoso con solo 32 años ha decidido créele a Dios por TODO. De profesión Ingeniera bioquímica de llamado a misionera. Esposa y mamá de una hermosa nena. 

Todo inició a sus 18 años, empezó involucrándose más en su Iglesia local, no exactamente en una plataforma, ella  ayudaba a su mamá a limpiar la Iglesia los días Sábados . 

Combinó sus estudios, estudiaba Ingeniería Bioquímica  y al mismo tiempo el Instituto Bíblico. 

Después de terminar su carrera comenzó a buscar trabajo y luego de muchas solicitudes y que nadie la contrataba, comprendió que su tiempo de preparación en la escuela de misiones había comenzado.

Una vez que concluyó su Instituto Bíblico, siguió la escuela de misiones, pero entre uno y otro pasaron años y obstáculos, ya que no toda su familia es creyente, así que imagina dándole la noticia a sus padres, no quería ser ingeniera ella quería ser misionera. Si dentro de una familia cristiana suele ser una noticia impactante, dentro de una no convertida al cristianismo mucho más. No solo no tenía el apoyo económico, tampoco tenía el apoyo familiar que sin duda hubiera facilitado la situación. 

“Pero en cuanto tomé la decisión, cuando le dije que SI a Dios, Dios comenzó a abrir puertas de una manera milagrosa. Dios proveyó mis gastos para la escuela y estancia en Oaxaca.”

Duro un año viviendo en Oaxaca (en la escuela de misiones) y al mismo tiempo servía en una Iglesia en una comunidad indígena, sus prácticas fueron en la sierra de Chihuahua. 

“Dios me permitió servirle por 6 meses en un albergue para niños; donde los discípulabamos, ayudábamos en clases de regularización y participaba en la preparación de los alimentos. Teníamos una pequeña Iglesia que estaba comenzando en esa misma comunidad.”

Al terminar la escuela de misiones, se casó y mientras ella aún terminaba su temporada de servicio en Chihuahua, su esposo visitaba  Iglesias de toda la republica mexicana de Asambleas de Dios para dar a conocer su proyecto (evangelizar en India)  y que la Iglesia les adoptara para poder salir al campo.

Por circunstancias migratorias, no les fue posible llegar allá, pero eso no los detuvo. Por que cuando hay un corazón dispuesto a servir, hay un mundo de posibilidades y lugares por ministrar.

Desde el 2015 sirven en Nepal, donde el 98 % de la población es hinduista. Al  decidir ir allá, Dios mostró su favor y gracia. 

Todo esto sucedía mientras su matrimonio iba comenzando, aún no cumplían el año de casados cuando llegaron a vivir ahí. Al principio para Alejandra fue todo un reto, lo que se le conoce como CHOQUE CULTURAL, no solo estaba recién casada, sino que se enfrentaba a una cultura muy distinta a la que conocía, no podía mostrar ningún tipo de afecto ( ni si quiera tomar la mano de su esposo).

Al estar en otro país, con cultura, idioma, costumbres diferentes, ella entro en un tipo de depresión. 

¿Te imaginas estar lejos de casa, sin familia, sin amigos y sin forma de comunicarte con tus nuevos vecinos? Gracias a Dios ella tuvo el apoyo de su esposo y logró salir delante de esta situación. 

En una ocasión su esposo fue invitado a compartir al este de Nepal ( donde hay menos evangelio y más persecución) por lo general o lo común es que sea el hombre que predique,  el papel de la mujer es más de servicio (limpiar, cocinar), no suele compartir, pero en esta ocasión la invitaron a ella a un evento de mujeres (donde tampoco es común que comparta una mujer).

Iba temblando de miedo, pero Dios fue bueno y se movió muy bonito. Los nepalis que se convierten son personas con mucha hambre de la palabra de Dios, y muy sensibles al Espíritu Santo. Falta mucho discipulado y hemos estado trabajando mayormente en eso, en discipular.

El que la invitaran a compartir es algo inusual, por que la mujer no tiene los mismos derechos que un hombre, pero eso ha empezado a cambiar, no es mucho el papel de participación de la mujer dentro de la Iglesia, así que una invitación no se puede pasar desapercibida. 

La plenitud que da el obedecer el llamado no tiene precio, pero tampoco quita el enfrentar dificultades. El estar en la línea de batalla misionera incluye precios altos por pagar, por ejemplo el que los hijos crezcan lejos de la familia. 

Eliana, su pequeña gran bendición, es un instrumento para conectar con otras mamás, ella es sumamente feliz en su entorno, disfruta de todos los animales que les toca ver en el día a día. 

Pero ver crecer a los hijos lejos de la familia, duele mucho. Y duele también el no tener esa red de apoyo de los abuelos o núcleo de confianza para poder hacer cosas como pareja. 

Otra dificultad sin duda es el idioma, pero la disposición, necesidad y ganas de hablar la ha llevado a aprender y hasta compartir clases con niños pequeños en nepali, clases sencillas pero es un gran avance de solo saber algunas palabras. Con jóvenes o adultos comparte en inglés y con ayuda de un traductor.

Es muy frustrante porque hay lugares donde hay muchísima necesidad y no hay traductores. 

Si tienes este llamado en ti, anímate, es normal tener miedo, pero no hay nada mejor que hacer la voluntad de Dios, si creemos y obedecemos Dios abre puertas y no nos deja.

Doy gracias a Dios por tomar la decisión correcta, la verdad es que me siento contenta de estar aquí, extraño mucho a mi familia pero me encanta vivir y servir a la iglesia de Nepal

Doy gracias a Dios por todo el proceso, y no me arrepiento de la decisión que tomé, me siento honrada de servir en Nepal, me siento útil, es un honor y responsabilidad representar a mi país y a Cristo

Para conocerla más síguela en sus redes sociales.

Instagram: alejandrarey7

Youtube: MI R

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