¿Cuáles son tus primeros recuerdos?
Yo tengo algunos de cuando iba al kínder, pero aun mejor recuerdo mis primeros días en primero de primaria, llevaba en mi mochila una libreta grande con hojas que no tenían renglones, mis colores, lápices, borrador, sacapuntas, regla, y en mi salón de clases no había sillas con paleta, eran unas mesas bajitas con sillitas pequeñas, y recuerdo que llegábamos y todas las niñas de mi mesa, sacábamos todo lo que traíamos y lo poníamos en nuestro lugar, y a la hora del recreo guardábamos todo y salíamos con las mochilas, ese ritual solo duro las primeras semanas, luego ya todas habíamos perdido borradores, sacapuntas, ahora entiendo por que las mamás les ponen el nombre de sus hijos a todo lo que llevan.
Recuerdo la primera vez que estaba sentada afuera de mi salón y un niño más grande iba corriendo y me tiro un churro con cueritos en la cabeza, quedé oliendo a limón con pedazos de jitomate en la cabeza.
¡Todo tiene una primera vez!
Hace cuatro meses me estrené como mamá, ser primeriza, para mi ha significado sorpresas y muchas preguntas a mamás experimentadas, obvio mi mamá se ha convertido en quien me responde muchas de mis dudas, ahora la valoro mucho más.
Al comenzar a conocer el amor de Dios, somos primerizos, hay muchas cosas que no sabemos, incluso nos da pena preguntar, parece que hay muchos que conocen la Biblia mejor que nosotros, hay quienes dominan el arte de ser parte de una Iglesia, de tomar un micrófono, de dirigir una dinámica, de entrar en debates en temas teológicos, y ahí estamos los primerizos sin saber exactamente la historia del antiguo y nuevo testamento, pero con una dependencia absoluta de Dios, al pasar de los años ya no necesitamos depender de él, por que nos vamos haciendo expertos en ciertos temas, nos comenzamos a sentir más sabios, más si has crecido dentro del movimiento creyente. Aprendemos a hablar, vestir, incluso predicar, por que es con lo que hemos crecido.
Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. (Apocalipsis 2:4)
Hablaré por mi cuando digo que a mi me pasó, me acostumbré a tenerlo, a sentirlo, que me olvidé de vivirlo. No necesariamente lejos de Él, sino peligrosamente cerca, me refiero a que muchas veces es peor estar cerca entre comillas, pero con un corazón lejos.
“Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí. Su adoración es una farsa porque enseñan ideas humanas como si fueran mandatos de Dios”.(Mateo 15:8-9)
Que bueno que ya sabes muchas cosas, pero con Dios siempre hay un nuevo monte por escalar, ¿por qué te conformas? ¿por qué crees que ya no hay más y que ya todo lo haz experimentado?
¿Recuerdas como anhelabas pasar tiempo con Él? Por que estabas desesperado por escucharlo, por conectar, por saber su voluntad para ti, pero el día a día, el verlo como algo natural y dejar de verlo como lo sobrenatural que ES, te hizo dejar de ser primerizo. Y no hablo de estar estancado y nunca madurar espiritualmente, hablo de cuando se pierde la dependencia hacia Jesús y comienza la dependencia propia.
Si por la vida ajetreada te has distanciado, hoy es una buena oportunidad para volver: ¡vuelve a ese primer amor, a ese versículo que te cautivo, a esa canción que no dejaba de sonar en tu mente!
Pero ¿cómo volver?
Puede ser que estés molesto con Dios o viviendo una hipocresía que consume, pero eso no es el plan de Dios para ti.
Lo primero que debemos hacer es con humildad reconocer que nos hemos alejado, no podemos cambiar algo que no reconocemos.
Segundo, estar conscientes que conocerlo es cada día, no solo en un día de Iglesia.
Tercero, acabar con el orgullo, quizá ya tienes muchos amigos “añejos” que se creen sabios, te reto a que te juntas con gente que tiene hambre por aprender.
Cuarto, involúcrate en áreas que antes no lo habías pensado por que no eran “dignas” de ti.
Constantemente me recuerdo que con Dios siempre tengo que ser moldeada, no es de cada domingo, sino de diario trabajar en mis pensamientos, relaciones, vocabulario, tiempo invertido.
Si ahora estás en un punto que te sientes cómodo, cuidado, es ahí cuando más susceptible se está a bajar la guardia y sin saber como, cuando y a que hora, eres derribado.
¡Que cuando veamos a Dios no se nos demande que dejamos nuestro primer amor!
¿Qué diferente harás estos últimos días del 2018 para avivar esa llama en tu corazón?
Este fin de año vuelve a tu primer amor, no esperes al próximo.